Resumen
El presente trabajo quisiera pensar la potencial relación entre la figura del migrante y la noción de huella en Jacques Derrida. En el sentido propuesto por el filósofo, la huella desarticularía la figura del migrante como un puro sujeto de desplazamiento, movilizándolo a una suerte de impotencia donde no habría ni presencia ni tiempo, menos aún un paso. Esto implicaría, pensando en la huella misma, entregarse a la inconmensurabilidad de lo que no tiene origen, principio o ruta para ser rastreada en una suerte de prehistoria. No obstante, este no-poder, la huella nos permitiría también intuir la única y singular indeterminación que abre al migrante hacia la posibilidad de la justicia, entonces, de la deconstrucción.