La sociedad chilena exige desarrollar la inclusión educativa (Ley 20.845), pero aún existen juicios valóricos, conductas exclusivas y discriminatorias dentro del sistema (Gangas y Jiles, 2011; Tenorio, 2011) que muestran las dificultades para asumir este desafío. En este sentido, la clase de educación física se visualiza como la puerta de entrada a la inclusión social (McLennan & Thompson, 2015), aunque en este contexto la realidad es diferente, porque los estudiantes conviven en ambientes poco estimulantes producto de prácticas y creencias excluyentes (Gangas y Jiles, 2011; Tenorio, 2011; Albornoz, Silva y López, 2015). Dicha problemática asociada a la necesidad de profundizar sobre las realidades regionales en Chile (Santos, 2013) justifica la importancia de analizar creencias y prácticas que actúan como barreras o facilitadores para procesos inclusivos en clases de educación física. El estudio se desarrolló bajo un paradigma interpretativo con enfoque mixto, en un diseño de triangulación concurrente y técnicas tanto de grupo focal como de observación. Así se construyeron metainferencias que contrastaron creencias, prácticas y el Índice de inclusión (Center for Studies on Inclusive Education –CSIE-, 2002). Se concluyó que las escuelas conocen las limitantes del aprendizaje y participación del alumnado, sin embargo no son sus mayores prioridades.